Comenzamos el mes de mayo con una visita al estanque de los cisnes de cuello negro. Los pichones, si han sobrevivido hasta ahora, han de tener unas siete semanas. Los padres aun han de estar dedicados al cuidado de los pequeños. En Miami ya se empieza a sentir la temperatura más caliente, pero aun no tan caliente, lo cual ha de beneficiar a estas aves.

Al llegar al estanque de los cisnes de cuello negro vimos a los cisnes adultos próximos a la baranda desde donde tomamos las fotos. Los adultos aun demostraban agresividad hacia las personas, lo cual fue una señal que tomamos como positiva. Después se alejaron y nadaron a cierta distancia de donde estábamos, aunque mantuvieron la postura de alerta y en algunos momentos hasta de agresividad, alzando el cuello hasta tenerlo casi recto.

Las fotos del Cisne de Cuello Negro (Cygnus melancoryphus) en esta página fueron tomadas a principios de mayo del 2010 en una colección de aves acuáticas en cautiverio en Miami, Florida, Estados Unidos. Estas aves son naturales del sur de América del Sur, siendo sus instintos naturales del hemisferio Sur y opuestos a las temporadas en Miami; en otras palabras, anidan en el verano austral (Sur) que es el invierno boreal (Norte). En su estado natural comienzan a anidar en agosto, en Miami usualmente comienzan en febrero, que es aun invierno y por tanto un poco temprano, siendo muy peligrosos para los pichones los frentes fríos que de vez en cuando llegan hasta Miami durante esta temporada del año.

En su estado natural, hemos visto al Cisne de Cuello Negro en nuestros viajes a Uruguay. Tenemos una foto de un Cisne de Cuello Negro nadando en uno de los estanques próximos a la Rambla de Montevideo; este ejemplar se encontraba en su estado natural (opuesto a cautiverio). También logramos otras fotos de varios de estos cisnes cerca de Piriápolis en Maldonado, otro departamento en Uruguay. Sin embargo, nuestros viajes a Uruguay nunca fueron en verano, y no logramos ver estas aves durante la temporada de anidación.

El Cisne de Cuello Negro (Cygnus melancoryphus): Resumen, Texto, Bibliografía, Fotos.

Entonces procedimos al final del puente a ver si los pichones estaban debajo de la baranda donde los hemos visto en las dos visitas anteriores. No, no estaban allí. De vuelta a la baranda a comenzar la cacería con el lente telescopio a ver si lo encontrábamos en algún rincón del estanque. No, no se veían por ninguna parte.

Cuando por fin, de entre una vegetación donde las hojas llegan hasta el agua, vimos algo gris claro flotando. Entonces alzó la cabeza, y era uno de los pichones. Registramos con la vista la vegetación y no vimos nada, a pesar que tal parecía que no era lo suficiente densa para ocultar algo así como uno de estos cisnecitos. El pequeño cisne salio aun más, y pronto notamos la silueta del otro. Estuvieron un rato donde logramos tomar estas fotos. Después regresaron a su escondite y no los volvimos a ver por los diez próximos minutos que mantuvimos la observación.